viernes, 5 de agosto de 2011

¡El Cafecito (como Pepe, el Toro) es inocente!

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que “no existe prueba alguna de que el consumo de cafeína pueda tener consecuencias físicas o sociales comparables –ni remotamente– a las consecuencias asociadas a la adicción grave a las drogas”



Pero entonces ¡¿porqué no puedo dejar de tomarla?! ¡Cuando no tomo mi cafecito/coca siento que me estoy quemando!

Aunque en efecto, la cafeína genera una adicción, en la mayoría de los casos esta sensación de "quemazón" o ansiedad viene solamente por romper un hábito al que hemos acostumbrado a nuestro organismo que, al no recibir ese estímulo que nos brinda ésta sustancia, empieza a demandarlo de nuevo pero que está muy lejos del síndrome de abstinencia que experimenta un drogadicto.

Además el café trae consigo bondades como:

  • Reducción de riesgo de padecer enfermedades como Alzheimer, Parkinson y gota.
  • Efecto analgésico (remember Cafeaspirina).
  • Protección del sistema cardiovascular gracias a sus antioxidantes.
  • Propiedades diuréticas (por si tiene problemas para "hacer del baño").
  • Mayor rendimiento cognitivo. Aumenta la memoria a corto plazo y el cociente intelectual.
Pero antes  de que empiece a mezclar latas y latas de café soluble en su tinaco o cisterna, recuerde que nada en exceso es bueno y pasarse de listo con el café le puede acarrear problemas desde dientes amarillos hasta aumento en los niveles de colesterol, así como "síndrome de abstinencia". Porque sí, señor, ¡usted es un adicto! si es que se echa sus 8 tazas diarias. En este caso, ¡consulte a su médico!

Fin.

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